Rápido y sonriente, se retira de aquel encuentro;
esa sonrisa casi maníaca que acompañaba su gesto de osadía frente a su partener de tal momento, escondía una verdad casi des/cubierta, jamás nunca vista;
sus ojos parecían vueltos hacia el pasado, brillaban con tal nitidez que era difícil saber qué ocultaban;
su manierismo producto de sus sentidos, bordeaba los límites de la locura casi;
sus brazos,extensiones del cuerpo no imaginado, rodeaban la naturaleza de las palabras con las cuales se fusionaba casi inerme, casi estático...
esencialmente abstraido en esa idealidad de conocimiento, hallaba su trascendencia impertérrita en las esencias de las naturalezas,
sentía que podía hacerlo, pues su alma se lo permitía.
¿Cómo?. A partir del sentimiento de plenitud de su ser, aunado en el resplandordel Sol, como símbolo de esa osadía...