lunes, 28 de julio de 2008

Lugares

Una y otra vez me paseo por los mismos lugares, esperando alguna novedad, o algún encuentro. Es allí, en ese milésimo de segundo qué anhelo la gratitud del día, o incluso de la vida. Deseando dar formas, construir castillos, o incluso volar con la imaginación; intentando trazar caminos, trazo algunas líneas, intentando construir mis ideas, me olvido del cansancio, pero me lanzo a un sueño infinito. Retórica pregunta anunciante de esta respiración del día. Y cuando culmino con este, el insomnio se presentifica en el instante preciso en el que no deseo volver a pasar otra vez por ese lugar; insoslayable es el camino, irreparable la ida, obvia la salida.

sábado, 26 de julio de 2008

....

Si la balanza dejara de pedir más o menos gramos,
y si el péndulo dejara de oscilar tan libremente cómo lo hace.
Y si la misteriosa deducción de nuestros caminos se hiciera trizas contra la insólita pregunta que nos auna.
Quizás sería el momento de pedir un entre tiempo, y liberarnos a nuestro propio juego.
Qué inútil sería el mismo sin tus sutilezas, o sin tu ingenio, y ni qué decir de tus besos...

lunes, 21 de julio de 2008

Monólogo

¿Qué decir cuándo no se sabe qué decir?. Permanecer en silencio, intentar llenar el vacío de las palabras, o incluso el vacío de esta lúgubre existencia finita, pues de algún modo y en el algún momento todo terminará.No querer pecar de pesimista al pensar en aquello, es cómo intentar escalar montañas con los brazos cortados; quizás se logre. Pero ¿cuánto tiempo se puede tardar?.Más el tiempo no importa cuando del fín se trata, fín en su doble sentido literal. ¿Pues habrá o llegará alguno?. Si esa pregunta es condenante entonces mi vida es un infierno en el cual sólo debo resarcir las culpas del pasado, o suplir las faltas del presente. Incluso intentar domeñar los deseos del futuro. Y así ubicada temporalmente me obligo a seguir suplicando que me den unos minutos más. Pues de lo contrario, no podré reparar lo irreparable. ¿y qué es aquello?. Si no sólo la estúpida imágen de unos tejidos putrefactos, o incluso de la falta de estos. Quizás sea más que eso; podría llegar a debatirse sobre los aciertos, y vanagloriarse por aquello. Pero lo más probable es que también surgan los errores. Pero qué más da, si al final... todo llegó a su fín.
¿Es misterioso aquello?.¿Acaso parte de alguna sensación alguna vez sentida?. El instinto es más fuerte en algunos casos, y desear vivir es uno de ellos, pero qué sucede cuándo ello no ocurre?. Si vivir es una simple palabra, entonces todo lo que existe son puras palabrerías encajonadas en frases ya dichas, ya hechas. Pero la ilusión de la creación permanece a la orden del día, pues no hay que hechar luz negra a la maravillosidad de los colores, aunque quizás ayude, no es suficiente para retratar de manera perfecta lo que se ha creado. Si bella ilusión naciente, de una inútil racionalidad aparente. Pues ¿qué razón para esto?. Si cuando se intenta describir, muere en su propio recorrido. Si bien este es muy valorado, y llamativo, y es lo qué sólo importará algunos, es este el que obnubila, quizás porqué se lo "cosifica", es que todo parece tan ajeno. Pero entonces será cuestión de ¿subjetivizar todo?. Ya no importa eso.¿O sí?. Por ahora no. ¿Y qué importa?. Si cuándo te esgrimen a sacar a la luz eso oculto,te esforzas intentando navegar por los mares de las sensaciones más íntimas. ¿Dónde está aquello?. ¿En el interior?. Ya no sé que es interior y qué es exterior, si sólo siendo soy aquí y allá. O acá. Pero en lo profundo estará la verdad, según dicen. No se si creerlo, porqué tal espacio quizás no exista. ¿cómo sentir ese adentro y afuera si sólo son cuestiones espacio-temporales creadas para delimitar-nos?. Quizás a la vez nos limiten, pues de simples palabras se trata. Quizás no se trate sólo de reducir todo al plano pragmático del lenguaje. ¿Qué otra consideración al respecto?.

jueves, 17 de julio de 2008

Mutis

El silencio titubea con las palabras que poco dicen cuando algo dicen.Ese silencio misterioso que recubre el velo de los deseos, pero que a la vez hace eco indecoroso en el vaiven de los pensamientos.Qué pensamiento puede dejarse llevar por el deseo de un silecio, si se desvanece en su esencia cuando parte hacia el olvido. Ese que conduce al final de las heridas, marcando nuevamente las hendijas de esta vida. Cuando es silencio, si sólo con pensarlo lo destierro de ese olvido.

sábado, 5 de julio de 2008

Vas, venis, viajas...(1)

Vas, venis, viajas. No te dejas llevar por los senderos de la quietud, y mucho menos por la opacidad de las palabras o la literalidad de las mismas.
Pero cuando vas, no sabes a dónde vas. Es un viaje interminable, aunque en su esencia, esa infinitud se desvanezca.
Venis, de aquel lugar insólito, cual si fuese un espacio material, y simplemente son tus propias coordenadas, líneas quizás, puntos.
Por los recovecos de aquel laberinto creador, se auspician promociones tentadoras. Por otros, se relatan historias interesantes; pero no son suficientes para paliar la gran duda. Esa que te carcome o qué te obnubila.
¿Hacia dónde viajas?. Si cada día es un momento, si cada espacio es una ventana abierta, hacia otras ventanas, o laberintos. En los cuales también existen imágenes con sus respectivas sensaciones y sonidos, y ni que hablar de sus contenidos. Formadas vaya a saber por qué o quién. Y me pregunto, entonces. ¿Dónde estas allí? Siempre determinando, o queriendo determinar un espacio, cuando este sólo es determinado por una simple codificación que roza la vaguedad, la mediatez, la locura.
¿Qué venis a hacer acá?. Si es qué venis para o por algo. Si se tratase de una simple ocupación, bien podrías desempeñarla. Pero aún así sólo un pensamiento te carcomería. O quizás varios.
Y te sentis observado todo el tiempo, creyendo que alguna vez ya viviste algo así. Y luchas contra la ineptitud de tus pesares que se arrinconan frente a la deseosa incertidumbre amenazante con sus ideas, e hilaciones.
¿Sólo una inútil imagen puede dejarte llevar?.
Imaginariamente mediocrizada por las promociones del día, y estúpidamente enmudecida por lo insoslayable de ese encuentro perdido, ese que remite a la vana existencia, pormenorizada por algunos que ni siquiera merecerían ser llamados Señores.
¿Cúando volves? Si es qué alguna vez te fuiste puesto que siempre estas ahí, aunque jamás (o siempre) te lo preguntes. Entonces ¿qué viaje? Si el viaje está en tus palabras, o en tus sistemas, en tus pensamientos, en tu imaginación...
(continúa)