A cada palabra-letra, un mundo, un torbellino de significancias en el cual sumergirse y dejarse llevar; más sólo el mismo te lleva en esa corriente implacable de letras vivas y muertas.
Vientos que incurren en ser pecadores de un mal fatal en el terreno de la humanidad;
divinidades absurdas que luchan por imponer sus sustratos, y mientras tanto mi mente perdida en ese torbellino, que deviene tornado.
Embudo de letras, que viaja por terrenos materiales, arrasando y demoliendo minuto a minuto todo lo construido, y mientras tanto sigue mi mente abstraida en aquello no material viajando por las conexiones que se generan producto de la verborragia de todos los tiempos.
Encuentro que mi torbellino no tiene principio ni fín, solo es constante movimiento, constante discurrir de pensamientos, emociones y deseos, que deseo unir de una manera singular.....
(continuará)
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1 comentario:
Todos somos torbellinos. Nos perdemos en nuestros propios torbellinos. Aunque si tenemos suerte podemos disfrutar un poco de estar volando por ahi, arrastrados por sus/nuestras rafagas, sin rumbo fijo
Saludos Letiarte :) -sonrisa intelectualoide de profesor de gafas no gruesas-
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